El CinemaScope, lanzado por 20th Century Fox en 1953, revoluciona la producción y la exhibición cinematográfica. El sistema se basa en la creación de objetivos con lentes cilíndricas que permiten la compresión vertical de la imagen en un negativo estándar de 35mm. En proyección, otra lente de curvatura idéntica permite desanamorfizar el fotograma y obtener imágenes espectaculares. Tras algunos intentos fallidos por demasiado onerosos y algunos reajustes debidos a la necesidad de reservar una parte del fotograma para cuatro bandas de sonido estereofónico, la producción en los diversos sistemas terminará estandarizándose con un ratio aproximado de 2,35:1.
Metro-Goldwyn-Mayer y Warner Bros. deciden sumarse a la competencia con la televisión mediante el formato panorámico con licencia Fox, ya que Paramount desarrolla su propio sistema: VistaVision.
El CinemaScope requiere la utilización de objetivos específicos pero no
es necesario trabajar con tres cámaras sincronizadas, como en el
Cinerama, ni adaptar la cámara para que la película corra en sentido
horizontal, como en VistaVision, dos de los sistemas que competirán por
la implantación de la pantalla ancha. Las necesidades atañen únicamente a
las lentes utilizadas en el proyector, a la potencia de éste y a la
amplitud de la pantalla.
Una nueva marca, el SuperScope, sirve para estrenar en Europa copias anamórficas de
Vera Cruz (Veracruz, Robert Aldrich, 1954),
While the City Sleeps (Mientras Nueva York duerme, Fritz Lang, 1955) y
The Invasion of the Body Snatchers (La invasión de los ladrones de cuerpos, Don Siegel, 1956), presentadas en Estados Unidos en formato académico.
La reconversión de las salas se realiza en todo el mundo occidental con diligencia, aunque no sin reticencias por parte de los exhibidores. Fox aprieta las clavijas a los propietarios exigiendo sonido estereofónico y pantallas homologadas, como las “Miracle Mirror”, que en España llevan el castizo nombre de “Espejo Milagroso”. Los
cines de estreno se ponen al día a marchas forzadas, so pena de
perderse la parte del pastel que la máquina publicitaria promete...
porque en España la competencia de la televisión es todavía nula.
Las imágenes proceden del Anuario del cine español 1955-1956,
editado por el Sindicato Nacional del Espectáculo
El Todd-AO utilizaba un negativo de 65mm con cinco perforaciones por fotograma, en versiones de 30 y 24 fotogramas por segundo con una proporción en proyección de 2,20:1, pero una dedifnición dos veces y media mayor que la del 35mm estándar. Como en el caso del Cinerama, con el que buscaba competir, se proyectaba sobre pantalla curva.
El Todd-AO de Michael Todd publicitado en la revista Film Ideal