viernes, 17 de agosto de 2018

El Magnoscope, sucedáneo nacional del Dyaliscope

  
Carta a Sara / Tormento d'amore (Leonardo Bercovici y Claudio Gora, 1956) fue el guión que Juan Antonio Bardem le entregó al productor Eduardo Manzanos cuando éste le preguntó -a raíz del éxito en Cannes de Bienvenido, míster Marshall (Luis G. Berlanga, 1953), en cuyo libreto había colaborado Bardem- si tenía algo escrito. Luego, ambos decidieron rodar Cómicos (1954) y Manzanos incluyó el argumento de Carta a Sara entre sus proyectos de coproducción con Italia, que entonces daban sus primeros pasos. El guión -al menos en la copia italiana- está firmado por el marido de Marta Toren, Leonardo Bercovici, que figura como codirector con Claudio Gora, en tanto que Eduardo Manzanos aparece acreditado como "director de la versión española" a efectos de cubrir los cupos sindicales y cobrar la consiguiente subvención.

De la fotografía se hace cargo Alfredo Fraile, uno de aquellos operadores que se habían formado durante la República con el alemán Enrique Guerner y luego aplicaron su técnica del claroscuro al cine de posguerra. Fraile formó un triunvirato con el realizador Rafael Gil y el escenógrafo Enrique Alarcón, que pasó de Cifesa a Suevia Films y de aquí a Aspa Films dejando su sello en cuanto hicieron. Desde mediados de los sesenta Fraile deja de lado la fotografía para centrarse en labores de producción en comandita con Arturo González. En 1955 se enfrenta por primera vez al color y a la pantalla ancha. En la segunda versión de El difunto es un vivo (Juan Lladó, 1955) rueda en Agfacolor y con las lentes anamórficas denominadas Ifiscope. Al ser una comedia -género por el que no siente demasiada devoción- el trabajo resulta más plano que en Carta a Sara, fotografiada en el habitual blanco y negro contrastado y mediante un procedimiento anamórfico que en España se denominó Magnoscope. Esta marca sólo la encontramos en la producción de Unión Films, la productora de Manzanos.

Carta a Sara se presentó en Italia con como Cinepanscope, Río Guadalquivir / Dimentica il mio passato (Primo Zeglio, 1956), como Cinetotalscope, y Las aeroguapas / Le belle dell'aria (Mario Costa, 1957) -de nuevo con fotografía de Fraile-, como Cinescope, marcas todas con las que se comercializaban en el país transalpino los objetivos franceses de Dyaliscope. Sin embargo, en la documentación y en la publicidad española el procedimiento figura siempre con la denominación autóctona.

En los diversos presupuestos de Carta a Sara que Manzanos elabora en tanto se concreta el contrato de coproducción, el canon por esta patente pasa de las 350.000 pesetas iniciales a 150.000. El ajuste a la baja que el Servicio de Ordenación Económica de la Cinematografía del Ministerio de Industria realiza de los costes con objeto de fijar la ayuda oficial reduce dicho royalty a 100.000, pero admite la contratación de un segundo foquista por este mismo concepto.


La composición juega abundantemente con la pantalla ancha, tanto para marcar la distancia entre los personajes como para aislarlos mediante reencuadres. Eso sí, los objetivos más angulares provocan distorsiones en los extremos de la pantalla perceptibles en algunos encuadres.