jueves, 16 de abril de 2020

Sacando los pies del tiesto: el Cosmoscope británico


Aunque este rincón está dedicado a la pantalla ancha en la península ibérica y, ocasionalmente, en Latinoamérica, una circunstancia fortuita ha puesto a tiro de reseña Five Guineas a Week (Donald Monat y Jacques de Lane Lea, 1956), un mediometraje restaurado por el British Film Institute [https://player.bfi.org.uk/free/film/watch-five-guineas-a-week-1956-online]. Este archivo cinematográfico lo califica de primer musical en color y pantalla ancha producido en el Reino Unido. Pero llama aún más la atención que los créditos indiquen que se rodó en Cosomoscope, una marca de la que no vuelve a haber noticia y que ni siquiera aparece en el exhaustivo American WideScreen Museum. [http://www.widescreenmuseum.com/] Para colmo de excentricidades, donde casi todos los sistemas ideados a partir del CinemaScope presentan un logotipo cóncavo, el del Cosmoscope es convexo.

Según su director [https://www.tapatalk.com/groups/whirligigtv/this-very-rare-film-from-1956-t16775.html], las cosas sucedieron más o menos así... Un grupo de jóvenes y prometedores cantantes participa en un musical titulado Light Fantastic en el West End londinense. Realizan al menos una función en el verano de 1954 que sufre un encontronazo con la censura [J. P. Wearing: The London Stage 1950-1959. Langham, Rothman & Littlefield, 2014.]. También tienen problemas con la escenografía proyectada, que el severo crítico de The Times define como "una especie de pesadilla cinemascópica" [The Times, 23 de julio de 1954, pág. 10.]. El siguiente verano, con los números problemáticos convenientemente podados y una escenografía convencional, estrenan en el teatro Fortune, donde permanecen durante un mes. El diario londinense la califica en este segundo intento de "revista inofensiva" [The Times, 22 de junio de 1955, pág. 10.]. 

Jacques De Lane Lea trabajaba en el estudio de su padre -especializado en doblaje, grabación de jingles publicitarios y otros trabajos relacionados con el sonido- y propone a la compañía aprovechar el espectáculo y rodar una película. Sin embargo, el presupuesto es tan justo, que sólo da para unos cuantos números. Tampoco disponene de un estudio acondicionado para rodar con sonido, lo cual no es problema para De Lane Lea, siempre que no haya diálogo. Así que se graban en playback los ocho temas musicales que van a constituir el total de la banda sonora y se levantan los decorados en el local de unos baños públicos. Se ha pactado que las decoraciones -diseñadas por John y Catherine Flatman- se ciñan al formato estilizado que tenían en el escenario, así que la película se rueda en Eastmancolor. Y ya, puestos a tirar la casa por la ventana, deciden fotografiarla también en formato anamórifico. Bausch and Lomb les piden por las lentes el eequivalente al presupuesto total de la película. Deciden entonces alquilar una cámara con objetivos de patente danesa, que bautizan con el sonoro nombre de Cosmoscope.

Los treinta y tres minutos de banda sonora se graban en tres jornadas y el rodaje tiene lugar a lo largo de otras cinco. El resultado se estrena como complemento de The Spanish Gardener (El jardinero español, Philip Leacock, 1956), en Technicolor y formato panorámico.


Five Guineas a Week es una sucesión de números musicales que alterna ballets -coreografiados por Malcolm Clare- y cantables intepretados por cantantes, bailarines y actores que entonces empezaban a descollar, como Georgia Brown, Sheila O'Neill, Sally Bazely o Teddy Green. El hilo argumental sigue los sueños de gloria de unos cuantos jóvenes en un barrio más o menos bohemio con sus cafés, sus locales de ensayos, sus clubes y sus pensiones modestas en las que una habitación cuesta "cinco guineas semanales".


Así como la paleta cromática parece responder a las intenciones de productor -De Lane Lea-, director -Monat- y operador -Billie Williams-, los encuadres nunca terminan de adecuarse al formato, reduciendo el marco de manera una tanto rudimentaria, permitiendo que los bailarines queden recortados al salir de cuadro, guillotinándole a alguno la cabeza cuando la acción se sitúa en dos niveles y favoreciendo la frontalidad y el alineamiento en las tomas de conjunto.


De todos modos, por su rareza y por el entusiasmo puesto por todo el equipo técnico-artístico en su realización, Five Guineas a Week supone un estimulante rescate por parte del British Film Institute y un documento de primerísima mano para acercarse a los espectáculos populares en el Londres de mediada la década de los cincuenta del pasado siglo.