Nuevos ejemplos de la utilización de la pantalla ancha por parte de Pedro Lazaga en Los tramposos (1959) en Filmascope, Fin de semana (1962) en CinemaScope -aunque los títulos de crédito no mencionan el procedimiento, en parte de la cartelería ha desaparecido el logotipo y algunas bases de datos aseguran que se rodó en Techniscope-, y Las cicatrices (1967) en Totalscope.
Una
de las ventajas del procedimiento anamórfico es que, cuando lo
usaba, Lazaga prescindía del zoom que convirtió a su cine en un
baile de reencuadres continuos que, bajo su apariencia de fluidez,
connotaba una inestabilidad incompatible con el modelo de representación
en el que pretendían inscribirse sus productos.